PODRÍAN INVALIDAR LA ELECCIÓN: ACUSAN AL PRI DE USAR DINERO ILÍCITO EN SU CAMPAÑA

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“No puede ser declarada válida una elección que ha sido financiada con recursos iícitos”

Este Miércoles en conferencia de prensa, Andrés Manuel López Obrador presentó nuevas pruebas de que el PRI habría utilizado en su campaña presidencial grandes cantidades de dinero de procedencia ilícita. Estas cifras son muy superiores a los montos que los partidos tienen autorizados utilizar en el proceso electoral. El candidato de la izquierda dijo que todas las pruebas serán incluidas en la demanda que se presentó ante las autoridades para impugnar la elección.

Las nuevas pruebas de que el PRI rebasó los topes de campaña presentadas este Miércoles demostrarían que al menos 4 empresas fantasma fondearon millones de pesos en monex; dinero que se habría retirado en miles de tarjetas para pagar “apoyos” a la estructura priísta y para la compra de votos. Las empresas señaladas son las personas morales Comercializadora Atana, Grupo Óleos, Grupo Empresarial Iguan, así como la persona física Rodrigo Fernández Noriega, quienes  transfirieron recursos millonarios a Monex y otras instituciones de crédito para adquirir tarjetas de prepago.

Es importante señalar que independientemente de que se pueda comprobar que se compraron votos, eso no exime al PRI de haber rebasado el tope de campaña; es decir de haber violado la ley. De esta manera los magistrados del TRIFE tendrían que decidir si el uso de millones de pesos a favor de EPN afectó o no, la equidad en la elección. Si se decide que ésta no fue una elección equitativa, ese argumento es suficiente para invalidar los resultados.

Si como dijo Enrique Peña Nieto, “en México debe respetarse a las instituciones”, entonces el PRI está obligado a probar que no usó recursos del lavado de dinero en su campaña, o en su defecto asumir las consecuencias de haber actuado a sabiendas de que cometían un delito. Ya es hora de que en nuestro país se respete la ley y se deje de lado la simulación. El pedimento de EPN de respaldar su “triunfo inobjetable” sin cuestionar la manera en que su partido actuó, parece una invitación a mandar al diablo las instituciones y a hacer como que “aquí no ha pasado nada”. Los mexicanos no merecemos ese país. Son otros los tiempos y no será fácil que se regrese a la época del “sí señor presidente”. Hoy se necesita mucho más que discursos para que el pueblo acepte los resultados de una elección que obviamente estuvo plagada de irregularidades. Ya veremos…

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