Monsanto acapara tierras y siembra en Nayarit sin que se informe a la sociedad

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Desde hace cuatro años, la transnacional Monsanto lleva a cabo experimentos en tierras nayaritas sin que se hubiera publicado el reporte que mandata el protocolo de resultados ni se informe a la sociedad de sus acciones; trascendió que en Santiago Ixcuintla compró cerca de dos hectáreas de tierras fértiles en ambas márgenes del río Santiago y en Bahía de Banderas le concedieron en el 2013 tierras para cultivos experimentales y piloto de semillas híbridas.

Hay decisiones que no están tomando los nayaritas, en su lugar lo hacen las corporaciones y autoridades para abrirles paso, primero, a las siembras híbridas para luego trasladarlas a las siembras transgénicas “sin embargo a la gente no se le informa” declaró Sergio Leyva Ramírez, promotor y activista de la bioseguridad.

Ante la total indiferencia y desinformación, en Nayarit hay 20 razas registradas de maíces nativos sin régimen de protección especial; trascendió que Monsanto compró 1,800 hectáreas en ambas márgenes de río Santiago para destinarlas a plantaciones de híbridos y en Bahía de Banderas le autorizaron la siembra de maíz transgénico en fase experimental sin que se haya informado a sus habitantes de las consecuencias que pudiera tener, comentó quien fuera subsecretario nacional de jóvenes militantes del PRD.

Con la liberación de semillas genéticamente transformadas, el grave riesgo para la agricultura tradicional es la imposibilidad de coexistencia con variedades nativas y convencionales.

La información fue dada a conocer en conferencia de ciencia y tecnología, junto con tres biotenólogos locales y el diputado federal Rodrigo González Barrios, integrante de la comisión de medio ambiente y recursos naturales.

El maíz, base de la alimentación mexicana, es una especie nativa, con 59 razas, y miles de variedades naturales. En Nayarit están registradas 20 razas nativas y pese a su importancia carecen del régimen de protección especial.

En 2013 se le concedió a Monsanto tierras para cultivos experimentales y piloto en el municipio de Bahía de Banderas, al sur del estado; y en municipio de Santiago Ixcuintla han abierto la posibilidad para semillas híbridas “un paso previo para la obtención de toda esa cuenca que es estratégica para cultivos transgénicos” advirtió Leyva.

Solo la ciudadanía será capaz de frenar esta invasión, dijo; primero, exigiendo sean etiquetados todos los productos elaborados con transgénicos “en México no tenemos la información de lo que estamos comiendo”.

Con este criterio, la Unión Europea exigió a la Coca Cola exhibiera una etiqueta indicando que usa alta fructuosa elaborada con maíz transgénico “y en México no tenemos la oportunidad de decidir si compramos y consumimos esos productos”, también se organizaron para fincarles principios precautorios y moratorios a siembras transgénicas que no cumplían con los requisitos de no contaminación del entorno.

Leyva Ramírez, afirma que desde hace tiempo se registran acciones por parte de los gobiernos locales para “empujar la puerta” y permitir la siembra de transgénicos en entidades como Nayarit.

Explicó que las semillas alteradas genéticamente están entrando a México bajo un falso discurso: insuficiente maíz para la alimentación. “Sin embargo, cualquiera puede entrar al sistema de información agropecuaria y pesquera, ahí se informa que cada persona de esta país consume 70 kilos de maíz y hay una disponibilidad de 104 kilogramos, más que suficiente” -y explicó-  “esa diferencia de 34 kilos se oculta, se somete a la especulación, a la oferta y la demanda para alterar el precio y que el gobierno diga que necesitamos transgénicos para elevar la producción nacional.”

Leyva Ramírez señaló un inconveniente más: los maíces transgénicos que pretenden liberar en México son de la variedad amarilla, pese a que en México el 90% del consumo es de las variedades blancas por lo que infiere que “es para forraje y procesos alimenticios ajenos al procesos alimenticios de calidad”.

En marzo del 2010 el entonces gobernador Ney González Sánchez, acompañado del subsecretario de Agricultura federal, Mariano Ruiz Funes y el presidente y director general de Monsanto en Latinoamérica Norte, José Manuel Madero, inauguró en la localidad de El Tizate el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Sorgo de Monsanto (el tercero más grande en Latinoamérica), para la cual se anunció una inversión  inicial fue de 70 millones de pesos para la producción de semilla híbrida de maíz.

En portales de internet se lee que Monsanto es una proveedora de productos químicos para la agricultura, en su mayoría herbicidas, venenos y transgénicos. Entre sus productos más conocidos se encuentran el glifosato bajo la marca Roundup y el maíz genéticamente modificado MON 810. La compañía genera polémicas alrededor del mundo, debido a múltiples denuncias sobre perjuicios a la salud, impactos ambientales negativos y el desconocimiento acerca de los efectos que podría producir la alteración genética de los alimentos./ Angélica Cureño/ reportera

 

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