Más de un centenar de colonos se manifestaron este martes frente a Palacio de Gobierno en demanda de la introducción de servicios públicos en los predios que adquirieron en Tepic, San Blas e Ixtlán del Río. Además pidieron frenar la especulación del precio de la tierra para vivienda que se ha disparado en perjuicio de las familias pobres.
Sobre esta situación, el líder del Movimiento Popular Nayarita, Eduardo Saucedo Fuentes, señaló que en el Instituto Promotor de la Vivienda de Nayarit hay lentitud en las respuestas a sus demandas para la introducción de los servicios públicos a 4 mil terrenos que adquirieron y que no les del el trato de fraccionadores porque no lo son, aseguró.
Agregó que son una organización social que aglutina a colonos que confían en ellos sin que hasta el momento los hayan defraudado, para pedir que los trámites se aceleren con el fin de darle los servicios públicos y para ello necesitan del apoyo de las autoridades estatales.
Además, Saucedo Fuentes mencionó que otra de las peticiones para el IPROVINAY es ayudar a bajar la especulación del precio del suelo que hay en Tepic y en San Blas, donde pretenden adquirir mil terrenos para igual número de familias de escasos recursos.
Sin embargo, mencionó a manera de ilustración que hay gente que está invadiendo terrenos y los dejan ahí. En cambio como Movimiento Popular actúan conforme a derecho para solicitar de manera organizada solución a sus demandas por parte del Gobierno del estado.
¿Hay mucha especulación sobre el suelo?
“Pues sí, aseguró, porque de acuerdo a la Ley de Desarrollo Urbano se abren lugares muy cortos para la cuestión del desarrollo urbano y los ejidatarios suben los precios. Ve a ver cuánto cuesta en Pantanal, en Camichín, quieren 2 o 3 millones de pesos por hectárea”, subrayó.
Sobre esa base, Saucedo Fuentes cuestionó que de dónde si salen 40 o 45 lotes por hectárea y la gente no puede pagar 3 millones para plantean también que la reserva territorial de IPROVINAY o el establecimiento de una nueva zona si no hay, debe ser a partir de una expropiación que se dé pagándoles un precio justo y que los lotes sean baratos para los solicitantes, concluyó.
Por Rafael Delgado
