Por Georgina A. Medina Castro
Resulta lamentable que a pesar de los anuncios hechos por las administraciones pasadas sobre los avances en el sector educativo en Nayarit sigamos manteniendo un pobre crecimiento en dicha área, y más cuando un nuevo fenómeno social asola nuestro país: los “ninis”.
Los “ninis” (abreviación para referirse a jóvenes que NI estudian, NI trabajan), fueron “descubiertos” cuando la violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua llegó al extremo; pues las víctimas de la guerra contra el narcotráfico en esa ciudad eran en su mayoría jóvenes cuyas edades oscilaban de entre los 15 y 29 años. Al seguir las investigaciones policiacas y periodísticas se encontró que dicho fenómeno ya se encontraba en la mayoría de las ciudades del país.
Dichos jóvenes habían abandonado los estudios por diferentes motivos ya sea por falta de interés o motivados para encontrar un sustento para ellos y a sus familias (la mayoría de escasos recursos o con casos particulares de problemas intrafamiliares); al no encontrar espacios educativos y un empleo bien remunerado la mayoría de ellos deciden buscar “el dinero fácil” pero letal que ofrece el crimen organizado. Según cifras proporcionadas por la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en México hay 4 mil 44 jóvenes vinculados con el crimen organizado y han muerto alrededor mil 300 infantes y jóvenes, algunas muertes son lamentablemente “daños colaterales”.
Y Nayarit no es la excepción con este nuevo fenómeno social; según cifras del último censo del INEGI en el 2009 sólo 5 mil 414 jóvenes terminan el bachillerato y alrededor de 32 mil 329 jóvenes tienen algún tipo empleo, pero ninguna institución gubernamental en el estado ha dado una cifra exacta de cuántos “ninis” hay en Nayarit, aunque algunas investigaciones periodísticas argumentan que son 70 mil.
Aunque las administraciones estatales han implementado varios sistemas para evitar la deserción escolar como becas, útiles escolares gratuitos, laptops para estudiantes de bachillerato y apoyos especiales para alumnos ejemplares, tal parece que son paliativos para un problema que los ha rebasado por completo, pues como pasa en otros sectores sensibles del gobierno NO hay maestros suficientes y NO hay servicios educativos de calidad para salvaguardar la formación educativa de los jóvenes nayaritas.
Mientras que estos jóvenes no se les apoye de algún modo, mientras no se les de oportunidades viables para su desarrollo integral estos jóvenes abandonarán la escuela y sus aspiraciones para engrosar las filas del crimen organizado, y lo peor del caso es que si las autoridades estatales y federales no toman su trabajo con seriedad nuestros jóvenes tomarán un arma y la droga como “carrera profesional” por decisión propia.
