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Mal enfocados los programas para erradicar la pobreza

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Un enfoque de desarrollo equivocado provoca que los programas asistenciales con los que se pretende abatir el rezago social queden sin efecto o no funcionen; atienden necesidades ajenas a costumbres e idiosincrasia de pueblos originarios, opina el diputado local  Santos Rentería quien se pronuncia a favor de la consulta e inclusión activa en las acciones gubernamentales, antes toma de decisiones unilaterales y autoritarias.

Explicó que tiene costumbres propias, formas de convivencia únicas, ideas y hasta lenguaje propio “muy distinto al resto de la población, no tienen una mentalidad de consumo o deseo de posesiones, por lo cual, en ocasiones, no están dispuestos a asumir las condiciones de los programas gubernamentales, comentó. Eso los hace ‘chocar ´con el modelo de la sociedad mexicana”; propone que primero reciban información y luego decidan ellos los apoyos que necesitan.

El estado que viven los pueblos originarios es muy distinto al resto de la sociedad, comenta el diputado representante del distrito de El Nayar, lugar en donde esta semana el presidente Peña Nieto agregó nuevos programas asistencias para palear la pobreza en el cuarto municipio más pobre del país.

Rentería de la Cruz asegura que entre las etnias prevalece la interacción con la naturaleza y las prácticas religiosas, alejados de la acumulación de riquezas materiales, o capitalismo. Con este enfoque ejemplifica que en la enfermedad optan por la ayuda de los marakames, curaderos, antes que la medicina alopática.

Al señalar los altos índices de enfermedades, desnutrición, analfabetismo, vivienda y satisfactores para una vida digna, aceptó que faltan servicios, condiciones de desarrollo sin embargo reiteró que para decidir, primero, deben ser tomados en cuenta para que sean ellos quienes resuelvan, privilegiando sus usos y costumbres e idiosincrasia.

El uso del castellano en las escuelas, explicó, en lugar de practicar las lenguas maternas, es uno de los ejemplos de cómo por pretender integrarlos al desarrollo destruyen su cultura; otro es obligarlos a  acudir a la medicina alopática en caso de enfermedad, cuando su tradición es acudir al marakame, o curandera.

Santos Rentería se pronuncia por la inclusión, por el intercambio de saberes y prácticas, por la integración de los pueblos originarios. Agregó que la CDI a través de estudios, está llegando a la conclusión que esa forma de actuar del gobierno “es la que está apagando el desarrollo de los pueblos”

El Nayar, con 34,300 habitantes, bajó del segundo al cuarto lugar nacional en rezago social; gobiernos federal y estatal coordinan esfuerzos para remontar cifras inyectando más y nuevos  programas sociales, entre otros construcción de viviendas de material, Oportunidades, 60 y más, Liconsa, Diconsa, Pesa, Seguro para Mujeres jefas de Familia, comedores y  huertos de traspatio, entre otros más. /Angélica Cureño/ reportera

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