Por medio de insumos poco conocidos en México, investigadoras de la UNAM elaboran dos bebidas de origen vegetal: un refresco de garambullo, y leche de garbanzo.
Para el refresco de garambullo, sus colaboradores llevaron a cabo un tratamiento para evitar la fermentación del fruto, limpieza y desinfección, cuidando las propiedades nutricionales del mismo.
Con la pulpa de este fruto se produce un refresco que se endulza con miel de agave (un edulcorante natural que ayuda al sistema inmunológico) y se conserva rico en antioxidantes y en vitamina C.
Por último, esta bebida de color rojo se hace gaseosa con carbonato y ha mostrado éxito en las primeras pruebas de consumo realizadas en fase experimental.
Por otro lado con la leche de garbanzo, leguminosa que ayuda a combatir el colesterol, inicia con el proceso de remojar el mismo, que se acelera de las 48 horas convencionales en la cocina tradicional a una hora con una tecnología de ultrasonido.
Posteriormente se efectúa la molienda, que con la mencionada tecnología logra una mayor absorción y extracción del compuesto. Gracias a este proceso, se logra que el producto no se sedimente tanto en la bebida ni se degrade el color.
Ambos productos aún se encuentran en fase de experimentación y se desconoce cuándo podrán ser comercializables.
