Bolivia estrena presidenta interina tras la renuncia de Evo Morales

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“Dios ha permitido que la Biblia vuelva a entrar a Palacio. Que Él nos bendiga”, dijo mientras ingresaba a la sede presidencial en La Paz.

La presidenta interina de Bolivia, la derechista Jeanine Añez, se estrena este miércoles en sus funciones luego de tomar las riendas del país en una controvertida sesión legislativa para llenar el vacío de poder que dejó la renuncia de Evo Morales, asilado en México.

Añez, segunda vicepresidenta del Senado, se proclamó presidenta interina la víspera ante la renuncia también del vicepresidente del gobierno y de otros altos funcionarios que la antecedían en la línea sucesoria. Poco después, su posesión fue avalada por el Tribunal Constitucional de Bolivia.

En un discurso tras proclamarse, esta abogada de 52 años recordó su intención de convocar nuevas elecciones “lo más pronto posible”, luego de que los controversiales comicios del pasado 20 de octubre -en los que Morales buscaba un cuarto periodo- desencadenaran una violenta crisis, que llevó a la renuncia el domingo del primer presidente indígena boliviano.

Este martes, se espera que Añez designe a los miembros de su gabinete. En tanto, el llamado a nuevas elecciones debe darse en un plazo no mayor a 90 días. Al asumir, prometió acelerar los tiempos de manera que Bolivia cuente con nuevo gobierno el 22 de enero de 2020.

El mandatario aymara, que se reeligió desde 2006 en la presidencia tras sucesivas reformas constitucionales y pese a un referéndum adverso, renunció finalmente solo horas después de haber convocado a nuevas elecciones ante las “graves” irregularidades denunciadas por los observadores de la OEA.

En dos declaraciones diferentes, una veintena de naciones de la OEA urgieron el martes al fin de la violencia y a la pronta realización de elecciones para superar la crisis en Bolivia, en la primera reunión del bloque continental tras la dimisión de Morales.

Varios países de América Latina -entre ellos México, el gobierno electo de Argentina, Cuba, Venezuela y Uruguay- han denunciado un “golpe de Estado”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo en cambio que la salida de Morales envía “una fuerte señal” a los gobiernos “ilegítimos” de Venezuela y Nicaragua.

Brasil también rechazó la tesis del golpe y rápidamente reconoció al gobierno de Añez.

Morales dejó el poder defendiendo un legado que, según él, trajo progreso económico y social a una de las tres naciones más pobres de América Latina.

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