Desde el pasado 15 de diciembre y hasta el 15 de mayo próximo miles de visitantes se darán cita en la costa de Nayarit para observar ballenas grises y jorobadas y a sus ballenatos. La travesía de este mamífero es de aproximadamente 10 mil kilómetros desde los mares árticos. Estudios recientes indican que la especia está en vías de extinción a causa de la contaminación en los mares.
En las vacaciones invernales que están por concluir, cientos de turistas han acudido a los sitios de avistamiento que las autoridades de Turismo y Medio Ambiente han reservado para observar a los cetáceos en su hábitat.
A diferencia de Baja California que recibió 441 permisos, a Nayarit solo le fueron entregados 203 para prestadores de servicios; cifra similar a la concedida a Jalisco y Sinaloa, bajo la Norma Oficial Mexicana NOM-131-SEMARNAT-2010.
La NOM131 establece que tanto en las áreas naturales protegidas como en una franja de dos kilómetros de la costa hacia mar abierto son zonas restringidas para la observación de estos animales, ya que son áreas donde las madres alimentan y cuidan a sus crías.
La ballena jorobada fue la segunda especie en ser protegida por la Comisión Ballenera Internacional (CBI), cuando en 1955 se prohibió su captura comercial en el Atlántico Norte; México la enlista bajo la categoría de “protección especial” en la NOM-059.
La ballena gris nace en las lagunas costeras de Baja California y Baja California Sur en los meses de enero y febrero. El ballenato se amamanta durante dos o tres meses en su sitio de nacimiento, y en el inicio de la primavera realiza, en compañía de su madre, un viaje que repetirá año tras año a lo largo de su vida: un recorrido de 10 mil kilómetros hasta los fríos mares árticos (de Behring y de Chukchi), ricos en nutrientes, que serán sus sitios principales de alimentación durante toda su existencia.
Las causas de que estas ballenas estén en peligro de extinción son la caza excesiva y la contaminación de los mares formada principalmente por plásticos, vidrios, y otros contaminantes que tira las personas y por los derrames de petróleo./ Angélica Cureño/Reportera/Dominio Público
