*La plaga ha resurgido en Centroamérica después de 30 años y EE UU ha suspendido las exportaciones desde México. Las pérdidas, solo en Chihuahua, ya ascienden a 25 y 30 millones de dólares a la semana.
La mosca Cochliomya hominivoraxha puesto en jaque al sector ganadero de México y Centroamérica. El insecto es el causante de la plaga del gusano barrenador, un parásito que se alimenta del tejido vivo de cualquier animal de sangre caliente —incluidos los humanos— aunque principalmente afecta al ganado. Al entrar en contacto con la herida, las larvas causan una enfermedad parasitaria llamada miasis que puede ser mortal y que a su paso ha dejado pérdidas millonarias y amenaza la seguridad alimentaria de varios países. Aunque la pesadilla del gusano barrenador se consideraba eliminada desde finales de los 90 en Centroamérica y México, la ganadería ilegal y los fuertes flujos migratorios han movilizado la plaga otra vez, poniendo a prueba la detección, control y los sistemas de emergencia a nivel regional.
En el último año, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala prendieron las alarmas con más de 40.000 casos detectados, aunque los especialistas consultados por este diario consideran que podrían tratarse de muchos más. A finales del mes pasado, México registró el primer caso positivo por gusano barrenador después de tanto tiempo. El hallazgo fue en la ciudad de Catazajá, en el Estado sureño de Chiapas. Una semana después, la Organización Mundial de la Sanidad Animal emitió un segundo reporte positivo por otro caso en el municipio de Frontera Hidalgo, lindero con Guatemala. Como medida preventiva, Estados Unidos suspendió desde el 22 de noviembre las exportaciones de ganado procedentes de México hasta nuevo aviso y todavía no las reanuda.
El sector ganadero se muestra profundamente preocupado con la situación mientras las cabezas de ganado se acumulan en los corrales y las pérdidas son millonarias. En estas tres semanas México solo el Estado de Chihuahua, el principal exportador de carne de México, ha dejado de mover 110.000 becerros, lo que representa pérdidas entre 25 y 30 millones de dólares a la semana. Estados Unidos es el principal destino de la carne mexicana y el nerviosismo entre los ganaderos es palpable. “Nos preocupa que esta situación se extienda y no podamos vender nuestros becerros ahora que viene una de las campañas más fuertes del año”, comenta Alfonso Deandar, presidente de la Asociación ganadera de Ciudad Juárez. “Hay gente que pide créditos para vender el ganado, pero si lo tienen parado y no lo pueden mover, no hay venta y sin embargo, siguen pagando los intereses”, agrega Rogelio Soto, presidente de la Unión Ganadera Regional de Durango, un Estado que exporta unos 5.000 becerros por semana. “Eso significa que tenemos pérdidas por unos siete millones de dólares a la semana”, comenta.
Este viernes el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), la Secretaría de Agricultura y el Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) presentaron un nuevo protocolo para inspeccionar todo el ganado de exportación de manera más meticulosa y detallada. El nuevo protocolo establece corrales de espera aprobados por el USDA para revisar el ganado mexicano antes de que cruce la frontera, la exigencia de desparasitar a todas las reses con ivermectina una semana antes del cruce y ser aún más cuidadosos con las posibles heridas de los animales. “Eso significa que el proceso se ralentizará para nosotros y eso se traduce en más pérdidas”, señala Soto.
Aunque el caso positivo fue detectado en Chiapas, a 3.000 kilómetros de la frontera norte, la suspensión de las exportaciones afecta a todos los Estados del país, de acuerdo al protocolo que marcan las autoridades tanto en México como en Estados Unidos. “Al alimentarse de tejido vivo, las larvas de la mosca ocasionan severos daños a nivel local, que, al complicarse con infecciones bacterianas secundarias, pueden ocasionar sepsis generalizada y la muerte de los animales”, explica Rocío Campuzano, especialista en Sanidad Agropecuaria del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Desde Senasica señalan que desde hace varios meses personal capacitado y perros entrenados para detectar heridas con gusanos trabajan en los puntos de inspección federal en Catazajá, La Trinidad y Huixtla, en Chiapas.
Sonora, Chihuahua Durango y Tamaulipas son algunas de las entidades más perjudicadas en el cierre de exportaciones, pero también otros Estados como Veracruz, Jalisco y Michoacán. Las asociaciones ganaderas han exigido al Gobierno de México “el cierre temporal de la frontera con Guatemala y Belice” a las importaciones de ganado bovino, donde el contrabando se ha convertido en un foco rojo. “Los animales entran en México sin ningún control ni atención sanitaria”, denuncia Deandar.
Las autoridades mexicanas estiman que, si volviera a surgir un brote fuerte en la región, erradicarlo de nuevo costaría hasta 830 millones de dólares. Y si el impacto llegara hasta Estados Unidos, las pérdidas podrían alcanzar los 1.000 millones de dólares al año. Desde Senasica explican que se han distribuido moscas estériles en la zona donde fueron encontrados los casos positivos para tratar de contener la propagación. “El plan es detener cualquier probable caso desde Guatemala hasta Catazajá. Todo animal que pasa de sur a norte es inspeccionado, tratado, medicado o rechazado si tiene heridas”, puntualiza el director general de Salud Animal de Senasica, Juan Gay Gutiérrez.
La Administración de Biden ha aprobado una segunda ronda de financiación para atacar al gusano y los fondos del USDA ayudarán a la producción y dispersión de moscas estériles desde Panamá, donde existe una planta productora con capacidad para desarrollar 95 millones de moscas estériles a la semana. Los expertos advierten de que las infecciones pueden ser difíciles de detectar al principio, pero con el paso de los días suelen manifestarse a través de heridas en crecimiento, larvas de color blanquecino y signos de malestar en el animal. “La mosca estéril es la ultimísima fase de erradicación de un proceso. Lo que tenemos que hacer es bajar la incidencia del problema. Ahí es importante recordar la frase: sin heridas, no hay gusano”, agrega Gay.
Mientras tanto, desde Senasica tranquilizan sobre el riesgo de la plaga y niegan que una persona pueda contagiarse por consumir carne de un animal contaminado. Las personas consultadas para este reportaje coinciden en que las exportaciones podrían reanudarse antes de que acabe el mes de diciembre. Desde IICA señalan que las afectaciones por el gusano barrenador también pueden extenderse a otro tipo de fauna. “Si los animales silvestres resultan afectados por la plaga, además de los daños a la salud y la muerte de algunos de ellos, se ve amenazada la biodiversidad cuando se trata de animales que se encuentran clasificados en algún estatus de amenaza o peligro de extinción”, apunta Campuzano.
Con información de El País/Almudena Barragán.