¿Sabe dónde está ahora su hijo?

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Crece la deserción estudiantil en la entidad

La preocupación de todo padre o madre, será siempre la seguridad de sus hijos; ahora que ha bajado considerablemente el índice de inseguridad en el estado, las familias siguen inquietos porque si bien es cierto que no hay ejecuciones, ni balaceras, pero si se tiene la preocupación de lo que le pueda pasar en la calle a los jóvenes estudiantes, que por necesidad tienen que ir a la escuela.

Por qué comentamos esto, hace unos días en la colonia Gobernadores a plena luz del día, a las doce del día aproximadamente y frente a unos de trabajadores de la construcción, un grupo de delincuentes, según dicen eran cinco, despojaron de manera violenta a un jovencito de su guitarra por las calles Candelario Miramontes y Roberto Gómez Reyes, en la pura esquina de una escuela primaria.

Los padres preocupados por lo que había ocurrido regresaron al lugar de los hechos para investigar si alguien había visto quien o quiénes le habían quitado la guitarra a su hijo, y los albañiles dijeron que ellos habían visto que tres sujetos, no tan jóvenes le arrebataron la guitarra al joven y otros dos los estaban esperando en la otra esquina, los cuales se dieron a la fuga con rumbo desconocido.

Viendo estos hechos, padres preocupados que nos encontramos en el parque La Loma señalaban a unos jovencitos uniformados que paseaban por el lugar “mira estos niños son horas de que estén en la escuela, que acaso no hay quien se preocupe porque ellos estén recibiendo sus clases y sus padres crean en estos momentos que están en las aulas; mi preocupación es porque si fuera uno de mis hijos, no estaría nada bien y si me gustaría que en las escuelas y hasta la propia policía los interrogara y si fuera posible los llevara ante la dirección de su escuela o en su caso ante sus padres para que no vuelvan a salirse en horas de estudio”.

Hay una iniciativa en donde se contempla la observación que hace esta madre preocupada, según nos dimos cuenta en el Congreso del Estado, en donde se habla de la seguridad estudiantil, a lo que la señora hizo una pausa, respiró profundo y nos dijo “pues si, que bueno que lo hayan pensado, pero para cuando, la van a poner en práctica hasta que haya pasado una desgracia, en que un niño lo atropelle un carro, o no sé cualquier cosa que le pueda pasar andando fuera de la cuela y hasta entonces. Yo creo que esto es muy importante, porque mira, esa otra parejita de jovencitos, también andas uniformados y no están haciendo nada que nos podemos asustar, pero están muy chicos para que andan besuqueándose; para todo hay tiempo y creo que no pasa ni de doce años la niña y verla en esas condiciones me da pena”.

Por este medio y calidad de queja, la señora que muy amablemente nos permitió cuestionarla, hace un llamado a las autoridades y sobre todo a los diputados encargados tanto de la comisión educativa como al de la seguridad para que pongan cartas en el asunto y apresuren los trabajos que a ellos les corresponden para que los niños y los jóvenes, en primer lugar no incurran en salirse de las escuelas en horas de clases sancionando y castigándolos.

La señora concluye haciendo un comentario, “yo estoy totalmente de acuerdo a que la policía actúe en consecuencia, que si ve a uno o varios niños o jóvenes uniformados o sin uniforme (porque a veces se los quitan para que no los identifiquen), los interroguen y si es necesario llevarlos hasta la institución donde estudian, o si no tomarles los datos para contactar a los padres, yo creo que sería una muy buena medida para evitar que los niños se sigan saliendo de clases y se hagan -la pinta- como ellos mismos dicen”.

 

Por Pedro Amparo Medina

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