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Liberan a 30 internas del Cereso de Tepic

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Por no tener dinero para pagar la fianza, y después de vivir en hacinamiento con otras internas del Centro de Readaptación Social (CERESO) ‘Venustiano Carranza’ de Tepic, 30 mujeres que cumplían condena recibieron cartas de liberación, previa revisión de sus casos, ninguna cumplía condena por delitos federales.
Las internas fueron liberadas mediante el pago de fianza por el jefe del Ejecutivo, Roberto Sandoval, quien admitió que “muchas no tenían para la fianza o no tenían para un abogado.”
Un estudio realizado por el Instituto para la Mujer Nayarita (Inmunay) entre mayo-agosto de 2005 revela que las mujeres han estado poco visibilizadas en las cárceles, agregando la necesidad de retomar la procuración de Justicia con enfoque de género.
La Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) reporta sobrepoblación y hacinamiento en el Cereso Venustiano Carranza; hasta junio 2015 había 180 mujeres internas en un área muy reducida, y para el área de hombres el lugar fue diseñado para 860 y no los 2,871 que hay actualmente.
Algunas de las mujeres liberadas recibirán apoyo del Programa de Seguro Alimentario (Prosa), ya que son madres de niños que nacieron dentro del Centro de Readaptación Social y lo deciden cursarán talleres gratuitos en el Instituto de Capacitación para el Trabajo en el Estado de Nayarit (Icaten).
Tendrán acceso a programas de desintoxicación, en el caso que tuvieran alguna adicción, en las instituciones públicas el Cesame y Marakame.
La evaluación del Diagnóstico de Supervisión Penitenciaria de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, arroja que las cárceles de Nayarit están avaluadas entre las diez con más baja calificación del país el CERESO Venustiano Carranza de es la décima más baja con 4.5.
Según estudio del Inmunay, en la primera década del siglo XXI, el robo dejó de ser el delito más frecuente cometido por mujeres para ceder el primer lugar a los delitos federales, principalmente contra la salud.
Hasta el año 2005 en México existían 447 centros penitenciarios, de todo tipo, para albergar a una población aproximada de 160 mil internos, de los cuales poco más de 7 mil eran mujeres. De estos penales, aproximadamente 200 tienen una pequeña sección que alberga a la población femenina, caso del penal de Tepic.
Hasta la fecha, no hay centros adaptados a sus necesidades (convivencia con infantes); con frecuenta son abandonadas por familiares o la pareja; en comparación, las sentencias son más rigurosas que con los hombres y en la mayoría de los centros penitenciarios, las políticas, programas y presupuestos están orientados a la población masculina. / Angélica Cureño/ Reportera

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