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La defensa del río San Pedro y pueblos originarios continuará

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Culminó ayer la caravana nacional, en defensa de agua, territorio, trabajo y vida; representantes nayeris, odam y wixárikas proclamaron en la Ciudad de México la preservación de los pueblos naturales y la defensa del río San Pedro, de 15 sitios sagrados y en contra la hidroeléctrica Las Cruces.

Luego de recorrer 80 localidades de 30 entidades, culminó el 22 de mayo la Caravana Nacional –dividida en cinco rutas- con un multitudinario mitin en el Zócalo capitalino.

Julián López Cánare, portavoz del Consejo Indígena náyeri (cora) y Marcelina López de la Cruz a nombre de la etnia wixarika (huichol) destacaron la serie de agresiones que han sufridos sus comunidades.

La representante de la etnia wirrárika, dio a conocer la intimidación, persecución e ilegalidades cometidas por la CFE para forzar la aprobación de la cuarta presa en territorio nayarita.

El portal de Mapde (Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos) publicó detalles del recorrido y dio a conocer que la caravana culminó “en la esquina de la impunidad” frente a la Suprema Corte de Justicia y que este sábado iniciaron dos días de reflexión que darán paso al foro de experiencias y evaluación de la Caravana Nacional la estrategia siguiente.

Junto con los resultados  serán expuestos los casos representativos de la problemática de agua, territorio, trabajo y vida recogidos en todo el país, la concentración será los días 25 y 26 de mayo en la UAM-Xochimilco.

En el DF expusieron el documental corto de Voces Jóvenes, el cual narra parte de las afectaciones en los lugares sagrados de las comunidades en Nayarit, por las tres presas ya construidas y por la cuarta –Las Cruces- que está en proceso de licitación y arranque.

Se denunció que la Comisión Federal de Electricidad pretende pasar por encima de los derechos culturales, sociales, económicos y ambientales de wirrárikas y náyeris, así como provocar impacto negativo en marismas nacionales, con características de etnocidio.

La región en donde se proyecta el embalse y cortina de la hidroeléctrica está habitado por población indígena, en una proporción superior al 60%, en términos generales presentan altos y muy altos índices de marginación; cerca del 43% se dedica a la agricultura, un porcentaje similar a la captura de camarón, ostión y peces y menos a la silvicultura o al turismo.

La construcción, proyectada para cinco años de obra y  con un costo próximo a los 8,000 millones de pesos, serviría solo para  generar el 0.1 % de energía eléctrica en la región centro occidente operando efectivamente solo cuatro mese al año, por lo que se considera que su construcción no justificaría ni el daño ni el costo.

Las Cruces afectaría directamente a los municipios de Ruiz, Rosamorada, La Yesca y Tecuala, a 21 núcleos agrarios, 28 localidades, tres grupos indígenas con 17 centros ceremoniales y sitios sagrados, e indirectamente a un número no precisado de comunidades, especies, tierras y aguas mar adentro. /Angélica Cureño/ Reportera

 

 

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