ESTUDIAN VENENO DE CARACOL PARA COMBATIR DOLOR CRÓNICO

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Investigadores de la UNAM analizan el veneno de caracoles marinos para diseñar futuros fármacos, pues algunas de sus moléculas podrían ser útiles contra el dolor crónico y enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer y parkinson.

Hasta ahora, se han probado en modelo animal toxinas individuales de los venenos (puede haber cientos de toxinas en un solo veneno) que causan, por ejemplo, hiperactividad, convulsiones y temblores. “Algunas afectan canales de calcio y otras provocan somnolencia”, explicó el universitario.

En humanos, algunas de estas moléculas podrían ser útiles para atender el dolor crónico y para enfermedades neurodegenerativas, reiteró.

Los universitarios han comprobado en laboratorio que algunos compuestos que activan ciertos receptores del neurotransmisor acetilcolina pueden ser útiles para alzheimer y parkinson, pues en estas enfermedades las funciones de dichos receptores están disminuidas. “Compuestos que los activen pueden compensar la deficiencia que tienen los pacientes, y con ello mejorar su condición de vida”, dijo.

Aguilar Ramírez indicó que el primer paso es encontrar cuál es la función de la toxina. “En general las conotoxinas afectan diversas moléculas en las membranas de las células nerviosas y musculares, como canales iónicos activados por voltaje y por ligando. Se ha visto que son muy potentes y selectivas, es decir, no afectan a otras moléculas”.

Estas propiedades de afinidad y selectividad las han hecho útiles para el estudio de esas moléculas, llamadas “blancos moleculares”, así que pueden servir como herramientas moleculares por sí mismas o para diseñar moléculas sintéticas más pequeñas, afirmó.

Por lo pronto, los expertos del INb siguen caracterizando compuestos derivados de estas toxinas para conocer sus efectos y proponer nuevas moléculas de potencial uso farmacéutico.

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