En bicicleta al rescate: Repartidores de comida enfrentan resignados el coronavirus

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*En Nueva York, los repartidores tienen miedo de un contagio, pero aseguran que no tienen otra opción que seguir trabajando, pues no cuentan con seguridad social ni documentos.

Con los restaurantes y bares de Nueva York cerrados al público debido al contagioso coronavirus, su población, que adora comer afuera, depende ahora de un ejército de repartidores en bicicleta.

La enorme mayoría de los 40.000 repartidores de Nueva York son inmigrantes sin seguro médico ni papeles que se han tornado esenciales para la vida de la ciudad.

Tras el cierre de restaurantes y bares decretado el martes hasta el 1 de abril, los neoyorquinos solo pueden pedir comida a domicilio o pasarla a buscar. Un consuelo para la población encerrada en casa, que ha visto su vida trastocada por el cierre de escuelas, el teletrabajo y la suspensión de todos los eventos culturales.

Nueva York incluso permite ahora a los bares repartir cócteles, y suspendió las multas para los repartidores que utilicen bicicletas eléctricas.

“Mientras otros están en casa, nosotros enfrentamos el riesgo de contraer Covid-19. Esto realmente me preocupa. Tengo una esposa y cuatro hijos en casa, todos están tomando medidas para quedarse dentro, ¿pero de qué sirve si yo los pongo en riesgo por estar en las calles?”, se pregunta Alberto González, un hispano de Brooklyn sin seguro médico, que también trabaja en la organización pro-inmigrante Make The Road New York.

“Necesitamos más protección (…) No está claro quién tiene prioridad para los tests, y si quienes carecemos de seguro o estatus legal tendremos que pagar por los tests y el tratamiento”, añadió.

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