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Riesgo sanitario por insalubridad en el rastro

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En evidentes condiciones de insalubridad opera el rastro de Tepic, autoridades estatales y municipales aseguran que, después de años de abandono, ahora es prioritario renovarlo.
El rastro capitalino opera con maquinaria obsoleta, con aproximadamente 36 años de antigüedad. Arrumbada como chatarra por mucho tiempo, fue hasta el trienio de Justino “Tino” Ávila Arce (1999-2002) que se volvió a usar; antes mataban y destazaban animales en el piso.
Son notorias las condiciones ruinosas del edificio, con láminas podridas, cables con demasiadas enmendaduras y equipo obsoleto. También son evidentes las precarias condiciones de salubridad, con presencia de fauna nociva (ratones), además de perros y gatos.
Según reportes de usuarios, en los tres años de la administración que concluyó en 2014, no se le dio mantenimiento al equipo, ni hicieron mejoras, hasta convertirse en un peligro para los operadores quienes advierten que las condiciones laborales son de alto riesgo.
Al menos cuatro empresas han contratado servicios para matanza de animales, por lo que el ayuntamiento percibe aproximadamente ocho millones de pesos anuales.
Continuos reportes indican que hay desaseo en el trabajo, en parte por la maquinaria y en parte por los empleados, el resultado es la entrega de carne sin detallado.
Usuarios opinan que los abusos cometidos y que toleren las condiciones insalubres del rastro es porque no hay otro lugar, y porque nadie reclama; sin embargo nadie cuestiona la labor del médico de sanidad animal.
Como parte de las irregularidades en el rastro de Tepic, trascendió que en junio de 2013, el dirigente de los tablajeros anunciaba el inicio de obras; en noviembre el Cabildo, apresuradamente, aprobó la venta del terreno del rastro con precio base de 21 millones de pesos.
La prisa se debía a que la federación había enviado poco más 21 millones de pesos, el gobierno estatal pondría una cantidad similar y el Ayuntamiento contribuiría con el dinero de la venta del terreno, según informó la regidora Leticia García Rangel a medios locales. En febrero 2014 el presidente municipal, Héctor González agradecía al jefe del Ejecutivo la obra, sin que se conociera aún el lugar ni las condiciones del proyecto.
Sin embargo en los pasillos del rastro se decía que el proyecto quedó cancelado o suspendido indefinidamente, debido a que “no se definió” aunque trascendió que el recurso federal llegó a las arcas del estado, pero fue aplicado en otro proyecto, “se perdió”.
En agosto de este año se anunció la construcción del nuevo rastro, con una inversión superior a los 20 millones de pesos; el anuncio lo hizo el director del Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO), Carlos Robles Lostaunau quien dijo que el nuevo edificio estará ubicado en Jalcocotán, municipio de San Blas, en beneficio de 200 productores ganaderos de la región. / Angélica Cureño/Reportera

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